Vestido con mi traje a rayas, vi venir a una bella doncella, que a su paso dejó en mí el aroma del amor que siempre he sentido por ella. Fugaz su paso ante mí, sin ni siquiera un gesto de empatía, llevo consigo mi corazón, arrebatando mi coherencia, dejándome helado ante tal belleza. Largas piernas con altos tacones rojos, cobrizo cabello rizado y suave, esbelta figura cual Venus y azules ojos claros, casi cristalinos, destelleando como un espejo ante un rayo de sol... ...No puedo sacarla de mi cabeza, y aún hoy pienso en aquella chica que, sin gesticular palabra, logró enamorarme. Platónico no es un amor, platónico es el hecho de dejar pasar la oportunidad de tener ese amor, sin inmutarse....
Qué profundo pensamiento... un placer pasar a leerte. Seguiré visitando tu blog. Un abrazo.
ResponderEliminarProfundamente agradeceré tu presencia Jeniffer, pues para mí es un honor poder contar con tu opinión. Desde niño escribo, pero pensando que a nadie le interesaría, lo guardaba todo solo para mí, egoístamente, sin compartirlo con nadie. Ahora me doy cuenta de tiempo que perdí por no haberlo echo antes... Una rosa planto en mi puerta para ti, para que cada vez que pases por aquí, el perfume de dicha rosa te acompañe como el del jazmín. Abrazos!!!
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