Helado ante las puertas del averno me hallaba. Un tumulto de almas perdidas empujaban mi cuerpo, cansado y con la fe perdida...Cruzado ya el umbral, divise una silueta...No puede ser -me dije- Y comprobé que eras tú, mi amada. ¿Hasta el mismo infierno me has seguido? Tanto y tan puro era tu amor que en vida no supe ver...Te amaré toda la eternidad...
No hay comentarios:
Publicar un comentario