El eco de aquellos pasos
repiqueteaban en sus oídos, provocando un terrible escalofrío por todo su
cuerpo.
Aún era peor cuando al girarse, podía comprobar como una amorfa silueta
correteaba de un escondrijo a otro, sin dejarse ver, pero si sentir.
La noche
cerrada oprimía su corazón, como el recuerdo aterrador de un antiguo trauma,
que su cordura no devolvió.