Hoy he visto
horrorizado en las noticias, como unos desgraciados terroristas islamistas
ejecutaban a sangre fría a un policía francés, que previamente habían herido al
salir de la sede del semanario satírico "Charlie Hebdo", de París,
después de asesinar a otras doce personas y herir a otras tantas, solo por
haber hecho su trabajo.
Uno no puede
evitar oír a la gente comentando el sucedo, reduciendo las conversaciones a frases
como: «Que hijos de puta», «Me cago en sus putos muertos», o «Habría que matar
a esos cabrones de mierda de la misma forma». De hecho, incluso yo mismo lo he
pensado en un ataque de odio.
Si esto
ocurriera, ¿no seríamos nosotros igual de monstruos y desalmados que ellos?,
¿esa sería la solución definitiva?. No creo que recurrir a la anarquía del
«quien a hierro mata, a hierro muere», sea la mejor solución para arreglar un
problema que viene desde hace siglos.
Por otro lado
intento entrar en la mente del que es capaz de apretar el gatillo, rebanar un
cuello, o inmolarse con un vehículo o un chaleco lleno de explosivos, y todo
ello en nombre de Alá, contradiciéndose en ocasiones con el Corán. Tengo amigos
árabes, y he intentado hablar con ellos sobre este tema, pero la mayoría lo
evitan, y el que no lo hace, tampoco condena los actos de sus compatriotas,
simplemente se encojen de hombros y concluyen con un «yo no he sido».
Me pregunto a
menudo si los poderosos gobiernos que han sido capaces de llevarnos a una
crisis mundial, no sería capaces también de frenar estas ejecuciones, o
simplemente no lo hacen por intereses políticos y monetarios.
Resumiendo, poder
y dinero, que es lo que mueve a los gobiernos para no frenar a éstos fanáticos
religiosos, ya que no les afecta directamente. No son sus familiares los que
mueren, no son de su misma sangre las personas que mueren en las aceras de un
disparo en la cabeza. Los condenan desde lejos, desde sus casas, donde están
protegidos por sus guardaespaldas pagados con el dinero de todos.
Esta raza, «la
raza humana», se va a la mierda por momentos. Crecen los odios y el
individualismo, en un mundo que avanza tan deprisa, que en vez de evolucionar,
lo que hace es involucionar.
¿Por qué dejamos
que pasen estas cosas?, ¿de verdad que no hay nadie con poder y corazón al
mismo tiempo?. De verdad que por mucho que lo pienso, no me entra en la cabeza
la fuerza que mueve a gente de esta calaña, que no duda en asesinar a gente
inocente solo por un dibujo que piensan ofensivo.
Si todos los
demás pensáramos igual, ¿que habría que hacer?, ¿matar a cuantos nos insultasen
alguna vez?, ¿asesinar a sangre fría al que expresa su forma de ver las
religiones, creencias y otras cosas desde su propio punto de vista?.
Personalmente, no
soy creyente, mi mente siempre ha sido más científica. Creo en la creación de
esta tierra como en la creación del resto del cosmos, con movimiento, aleaciones
de nubes de gases y demás, pero no por eso condeno al que cree en Dios, en Alá,
Buda, o como lo quieran llamar. Y a esto le llamo RESPETO, respeto por mi
prójimo, por el que está a mi lado, y por el que no lo está tanto, lo conozca o
no, cada ser humano es libre de creer en lo que le dé la gana, pero también
debe ser libre de respetar a los demás, sin matar a nadie por diferencias de
ideales, y menos en un mundo lleno de ideales y colores distintos.
Mi padre
precisamente es muy devoto, va a misa a diario, lee pasajes de la biblia
delante de los feligreses que acuden a su reunión diaria, y yo, no estoy de
acuerdo con eso, no comparto sus creencias, ni sus pensamientos, ¿y qué debo
hacer?, ¿dejar de quererlo?, ¿condenarlo a muerte por qué no piensa como yo?, ¿!Estamos
locos o que!?, pues al parecer los terroristas sí.
No seré el más
indicado para hablar, no sabré los entresijos de la política en temas de
terrorismo y demás, seré un ignorante en casi todos los temas globales que
conciernen a este mundo, pero de lo que estoy seguro, es que la única manera de
avanzar en nuestra civilización es no haciendo daño al prójimo.